Atravesamos la segunda gran crisis de AMEBPBA en este siglo y la pandemia vino a
agravarla, pero sin dudas no es su origen.
El origen de esta crisis es un modelo de gestión que ha demostrado que no sirve a
los intereses de AMEBPBA y sus afiliados.
Las distintas "gerenciadoras" o "direcciones médicas" a las que sucesivamente la CD
ha entregado la conducción no han hecho otra cosa que incrementar
progresivamente un déficit que hoy es insostenible y erosionar en muchos aspectos
la calidad prestacional. Mientras tanto, el personal de AMEBPBA, histórica y
afectivamente comprometido con sus intereses fue desplazado, arrumbado y
condenado al rol secundario de amanuense.
La CGI cuestionó y enfrentó este modelo pero la Comisión Directiva se aferra a él y lo
defiende a pesar de las evidencias.
Y en medio de esta situación, de por sí grave, aparece la pandemia del COVID-19.
Negación, improvisación y oportunismo codicioso fueron las primeras reacciones.
Fue la CGI la que impulsó el reclamo por las mamparas, las medidas de higiene, el
cuidado de los compañeros en situación de riesgo, el triage en la Clínica, la
exigencia de distanciamiento social en las oficinas, la provisión de EPP adecuado, el
impulso a los protocolos de tratamiento con plasma de recuperados -que sufrió
inexplicables demoras-; etc.
Mientras, la CD recurre al facilismo de culpar a los trabajadores de AMEBPBA de las
consecuencias de una gestión que no escucha mas que los cantos de sirena de los
"expertos" de la "Gerencia Prestacional".
Más de quince años sin planeamiento estratégico de Personal, trabajando en
muchos casos en el límite de la dotación posible, generó un sinnúmero de daño en
los trabajadores, lo que provocó enfermedades y licencias recurrentes; la política de
promoción al dedazo desincentivó a muchos y empobreció la calidad de los cuadros.
Hoy la exposición al contagio del COVID y el crecimiento de casos no sólo pone en
peligro a nuestros trabajadores y sus familias, amenaza además con dejarnos sin
capacidad operativa; y el agujero financiero imposibilita la contratación de personal
eventual. Y encima persisten deudas salariales.
En el colmo de la desidia, mezclada con soberbia, la CD se niega a cumplir con su
obligación de establecer un control de temperatura en el acceso al edificio de Bolívar, tampoco quiere implementar los testeos periódicos recomendados para el
personal de salud, exponiendo así la salud de trabajadores y afiliados.
En tiempos de pandemia y ASPO no habrá asambleas, movilizaciones ni quite de servicios porque los trabajadores y trabajadoras somos conscientes de nuestra responsabilidad, pero de ninguna manera renunciaremos a la lucha. Adoptaremos las formas que la situación requiera e impulsaremos una campaña de denuncia constante, por todos los medios y ante todas las autoridades, hasta lograr que se tomen las necesarias medidas que reclamamos en protección de la salud de todas y todos.
CGI AMEBPBA
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